Mastín napolitano

Al igual que el Mastín italiano, el Mastín napolitano es originaria de Italia y se trata de un animal de gran tamaño, con una cara arrugada, piel suelta y fuertes instintos de protección.

Origen e historia del Mastín napolitano

El origen de estos perros se remonta a Europa y tiene como descendiente al Mastín Tibetano. Para conocer sobre su historia debemos saber que es muy probable que los primeros mastines asiáticos, hayan sido llevados de la india a Grecia por Alejandro Magno, cerca del año 300 a. C.

Ya en Grecia, los pobladores los dieron a conocer a los romanos, los cuales decidieron usarlos para combates de circo.

Debemos tener en cuenta que la Cinológica inglesa, tiene otra teoría y es que esta dice que el mastín fue llevado a Britannia por los Fenicios en el año 500 a. C. Luego se comenzó su defunción por toda Europa.

Dejando de lado ambas teorías, lo que sí es cierto es que estos animales nacieron del antiguo moloso romano. Por otro lado esta raza de perro estuvo a punto de extinguirse durante un tiempo por toda Europa. Sin embargo en Campania la cría siguió presente, y fue gracias a esto que se pudieron salvar.

Estos canes fueron perfeccionados en el área napolitana del sur de Italia, donde fueron muy usados para cuidar casas y otras propiedades.

Características del Mastín napolitano

Características del Mastín napolitano

Estos perros tienen un buen tamaño, de hecho pueden medir 65 y 75 cm en el caso de los machos, las hembra por otro lado son más pequeñas. Además de esto podemos decir que son perros fuertes y musculosos, con una piel bastante pellejuda en el cuerpo y cabeza.

Aunque estos perro grandes puedan parecer muy imponentes e intimidantes, la verdad es que se caracterizan por ser faldero y cariños, que pueden llegar a pesar 60 kg.

En el caso de la cola esta suele ser gruesa en la raíz y junto a la cola suele ser cortada, sin embargo esta práctica ha ido desapareciendo.

En cuanto a su pelaje este suele ser corto y denso, muy parecido al del dogo francés y dogo de Burdeos. Los colores permitidos son negro, azul, caoba y leonado, llegando a tener marcas atigradas.

Carácter del Mastín napolitano

Aunque esta raza de perro no es recomendada para todos, por su imponente tamaño y apariencia intimidante, debemos decir que estos canes en realidad son muy tranquilos, vigilantes y muy protectores con su familia.

Como mencionamos esta raza no es para todo, ya que suelen ser desconfiados con los extraños. De hecho si ve a un perro que no conoce puede actuar de forma agresiva.

Aparte de esto tiene un carácter muy posesivo, por lo que no suelen aceptar que más gente ingrese a su círculo.

Entrenamiento para el Mastín napolitano

Entrenamiento para el Mastín napolitano

Con todo lo que mencionamos sobre su carácter es obvio que debemos adiestrar a estos animales. Esto debe hacerse a edades tempranas, de lo contrario serán difíciles de manejar, y puede tener problema de conducta.

Es importante no pensar que estos perros son agresivos y difíciles, solo necesitan a un dueño tranquilo y con un liderazgo natural que sepa imponerse.

Hacer que estos perros socialicen desde una edad temprana y de forma frecuente es una buena forma de evitar que estos animales se vuelvan sospechosos o tengan miedo de cosas nuevas.

Cuidados para el Mastín napolitano

Los cuidados para estos animales, se basan en el ejercicio, una buena nutrición y una buena rutina de aseo. Sobre el ejercicio este debe hacerse todo los días, al menos una hora.

En cuanto a la alimentación estos perro necesitan de minerales y vitaminas diferentes para mantener en perfecto estado las diferentes articulaciones y cartílagos. Sobre el aseo, el pelo de estos animales es muy corto, por lo que no requiere de mucho mantenimiento, solo basta con cepillarlo una vez por semana.

Por otro lado se recomienda limpiar los pliegues de su cara y zonas de las boca, una o dos veces por semana.

Vídeo sobre el Mastín Napolitano

Su clasificación

Considerando su altura a la cruz de 70 y 45cm como máximo y peso alrededor de los 70 y 55 kilogramos, pudiendo en ocasiones llegar a los 85 kilogramos (en machos y hembras, respectivamente), acompañado de sus aptitudes como perro de guarda y de defensa de la familia, este can ha recibido una clasificación general como raza de perros gigantes, recibiendo de la FCI la clasificación en el grupo 2, perros tipo pinscher y schnauzer molosoides, además de perros tipo de montaña y boyeros suizos molosoides y de la AKC el grupo 3, perros de trabajo.

Aclaramos que ésta no es una disparidad entre la FCI y la AKC, sino que ambos toman en cuenta las regiones donde el Mastín napolitano hace vida y sus aptitudes, además de los lugares donde dichos centros pro canes tienen potestad.

Hechos y curiosidades sobre la raza

Cuando un Mastín napolitano tiene su capa con rasgos atigrados, se transforma en un ejemplar algo exótico. Sí, hay muchos, pero en su mayoría son grises, negros, gris plomo o leonada. Algunos toman una tonalidad marrón cuando su pureza no es integral, quizá por haber sido mezclados con otro tipo de mastín o por reproducción propia (apareamiento en la calle o montañas).

Los genes dominantes en los cruces espontáneos siempre provendrán del Mastín napolitano, incluso ante otras razas con genes similares. Es un alelo muy superior.

Dependiendo del entrenamiento y el entorno, será su ejemplar de can. Existen estudios que demuestran que habiendo música suave y un ambiente alejado del ruido, harán de esta raza de perros los más apacibles y relajados del predio canino.

Por lo contrario, en un ambiente por demás activo, harán de su Mastín napolitano un animal que buscará paliar la ansiedad corriendo, caminando, manteniéndose vigilante y solicitando atención y paseos a cualquier miembro de la familia.

En las fábricas donde se lleva a un Mastín napolitano como protector, se le ha de estar llevando de un lado para otro e indicarle de vez en cuando que salga a vigilar. Necesita imperiosamente órdenes directas o de lo contrario simplemente se quedará echado observando al mundo pasar.

Una vez que se habitúa a la vigilancia, ésta pasa a ser una función normal que minimiza su aletargamiento.

El Mastín napolitano actual dista del existente en la época del Imperio Romano; aquel era un perro de batalla. El actual retoma el nombre y parte de su genética (con aportes diluidos pero fundamentales del Mastín tibetano), la cual se perdió tras varios siglos, pero mantiene su esencia de fidelidad y neto cumplimiento a las órdenes que se le imparten, lo que lo hace un perro muy confiable.

Por Aiton

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