El Poitevino es un perro de olor, criado en la región francesa del mismo nombre que el canino de caza. Su herencia se remonta al siglo XVII, donde su trabajo consistía en cazar lobos y eliminar la molesta vida salvaje. En la actualidad, se le considera una raza rara y poco encontrada fuera de su región natal Francia.
Este perro es el equivalente canino de un atleta de resistencia. Su físico esbelto y musculoso significa que no lo piensa dos veces para seguir un olor hasta 60 kilómetros por día. De hecho, es su físico y su fortaleza mental lo que dicta muchas de sus cualidades. Esta raza es más feliz cuando es parte de un paquete.
Un bueno y honesto perro de trabajo, no se adapta bien a la vida de apartamento o a largos periodos de inactividad. De hecho, tiene un fuerte instinto de caza y no puede diferenciar a las mascotas familiares de las presas, lo que significa que los dos no deben mantenerse juntos.
A continuación, desglosaremos cada una de las características y cualidades de este increíble sabueso. ¡Acompáñanos!
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Historia del Poitevino
En la década de 1690, el marqués de Layrre miró a su alrededor y decidió que no existía una sola raza de perro que tuviese todos los atributos que quería en un perro. Obviamente, con el tiempo en sus manos, el marqués comenzó a mezclar razas para producir el tipo de atleta canino excepcional que necesitaba.
La lista de deseos del Marqués incluía un perro con una gran nariz de rastreo, energía inagotable y la fuerza física para enfrentarse a los lobos o derribar ciervos. La respuesta fue el Poitevino, que se desarrolló criando dos tipos de sabuesos franceses: el Chien Ceris y el Montemboeuf, junto con sabuesos irlandeses y galgos.
La raza se hizo popular en los alrededores de Francia, pero nunca ganó notoriedad generalizada. Parecía que la raza ni siquiera podía sobrevivir de una serie catastróficos, que alcanzaron sus números severamente.
Características del Poitevino
El Poitevino es un caleidoscopio de un perro, que se asemeja a varias razas, dependiendo de cómo se entrecierra los ojos. Ya sea que los consideres un Foxhound inglés estirado o un galgo grueso, algunas características son constantes, como su aspecto musculoso, nariz larga y cola en forma de látigo. Su pecho profundo está diseñado para correr, mientras que esas largas patas traseras son una unidad de propulsión muscular que potencia su impresionante resistencia.
Su coloración es distintiva con su pelaje corto, que tiene extremidades blancas, incluida la punta de la cola. Un cuerpo bronceado, cabezas y orejas, con una región de silla negra.
Temperamento del Poitevino
Si se tuviese que resumir el Poitevino en una palabra, sería ‘Aloof’. Esta no es una raza que sin duda busca compañía humana. Si bien es leal a su amo inmediato, tiene poco interés en las personas y prefiere la compañía de otros perros.
Sin embargo, también tiene un fuerte impulso de presa, por lo que cualquier compañero canino debe ser de su tamaño o mayor o arriesgarse a ser confundido con una animal que necesita ser perseguido y derribado. Tampoco son perro cooperativo. Su capacidad para cazar y derribar jabalíes, lobos o venados significa que son aptos para tomar sus propias decisiones. Su naturaleza de carácter fuerte limita con la terquedad y los convierte en una prueba para entrenar.
Salud y Vida
El Poitevino es el más feliz de los sabuesos, una raza con pocos problemas de salud relacionados con él. Con una reputación de ser un animal de carga resistente, sus problemas no son tanto la cría sino el cuidado de un perro activo expuesto a una serie de peligros naturales.
Cuidados Básicos
El Poitevino necesita mucho ejercicio, de hecho, más que la mayoría de los perros. En cuanto al aseo, lo único fácil de su cuidado es el abrigo. Tiene un pelaje corto, por lo que hay poco que anudar o enredar. Cepillarse dos veces por semana con un cepillo de cerdas será suficiente.
Hechos y curiosidades sobre la raza
El pueblo francés se expresa con especial orgullo sobre el Poitevino o Poitevin, quizá por representar –al menos en el predio animal- la elegancia, distinción y equilibrio que ellos dicen tener como forma de idiosincrasia.
Es un can bastante fuerte y que sabe utilizar dicha fuerza para imponerse ante los depredadores, extraños con malas intenciones y ser el macho alfa o la hembra más codiciada en el lugar.
Su sólida osamenta y piel fuerte, reguladores en el olfato y un buena irrigación de sus ojos gracias al humor acuoso, le permiten tener una gran salud. Aunque sí pueden ser víctimas de su propio peso sin llegasen a realizar grandes saltos descontrolados o impactar contra algún objeto en una carrera.
Aunque su pelaje es tan tradicional como el de la mayoría de los sabuesos, resulta un tanto más áspero que todos los de Europa central, además de tupido. Destaca que algunos de estos ejemplares tiene el color que detentan los lobos, lo que les permite camuflarse en las noches y espantarlos, pero representa confusión para los guardas que ya han reportados disparos equivocados hacia los Poitevino en vez del animal rapaz al cual buscan neutralizar.
Parte del aprecio aristocrático que existe hacia este can deriva del área donde comenzó su cruce y cría, Poitou, zona exclusiva para actividades cinegéticas de la realeza y noblezas de Francia, donde se han criado los fabulosos Perros del Rey. Además, por ser en contraste un bárbaro cazador de lobos.
Fue una de las razas que palideció durante la Revolución Francesa debido a ser considerada una raza que comunicaba aprecio por la Monarquía, pagando el alto precio de la persecución y muerte. Salvo la toma “como trofeos” de algunos ejemplares en pares que pudieron llegar a reproducirse entre sí, es que se pudo salvar la pureza de la raza de la extinción.
Pero esta fue una alegría muy corta, ya que en 1842 la raza fue una de las tantas víctimas caninas de la epidemia de rabia en el país, gracias a las hordas de ratas y mordidas de lobos que acosaron a varias zonas de la nación y afectaron a personas y animales en conjunto.
En 1892 se pudieron recopilar algunos ejemplares de Poitevino hembras (dominantes) y fueron cruzados con otros ejemplares franceses como el Céris y Montainboeuf con el fin de recuperar a la raza, lo que se logró para el año de 1915. Está reconocida por la FCI y es considerado un animal protegido, porque existe un número muy bajo de ejemplares al día de hoy.