Durante el siglo XIX, se produjeron muchos viajes a Europa desde Brasil, llevando consigo habitantes de este país latinoamericano, que al regresar, venían acompañados de perros originarios del antiguo continente, en su mayoría eran fox terriers. Una vez en tierras brasileñas, estos pequeños canes se empezaron a cruzar con perros nativos del país, con lo que llevó al nacimiento del terrier brasileño, también conocido como Fox Paulistinha.
Se ha considerado como familia de los chihuahuas debido a su tamaño y contextura. Y de esta manera, las familias han decidido adoptarlo como mascota, ya que fácilmente se adapta a vivir dentro de los hogares. Aunque, se ha considera que no es un buen compañero para los más pequeños de la casa, a pesar de parecer juguetón y lleno de energía. Muchas granjas poseen algunos canes de esta especie.
Tabla de Contenidos
Característica del terrier brasileño
Este amigo perruno puede llegar a medir hasta 40 centímetros, lo que lo lleva a ser considerado como una raza de tamaño mediano. En concordancia con su cuerpo, su peso saludable ronda los 10 kilos. Y por lo general este es robusto y cuadrado, aunque algunos presentan un porte más estilizado. Tiene un lomo fuerte y recto, que al final se encuentra su cola, que no suele estar totalmente alzada, pero siempre que se mantenga con su longitud natural, se verá como la punta se enrolla hacia adelante. Muchos han optado por realizar una amputación parcial, pero se considera una actividad cruel, ya que forma parte de su columna vertebral.
Su cabeza es pequeña y en forma de triángulo invertido, encontrando en la parte más alta sus orejas algo separadas y semierectas. Sus ojos destacan por ser redondos, oscuros y expresivos, que pareciera que siempre está alerta. Y en su pequeño hocico resalta una nariz negra, un poco grande, que tiene bien definida sus fosas nasales.
El terrier brasileño ha destacado por ser un ejemplar de gran inteligencia y destreza. Muchos lo consideran una excelente mascota, ya que pese a su tamaño, resulta un perro bastante protector y fiel a sus dueños. Pero aun así, se recomienda que no deben estar en contacto con niños, ya que no se siente a gusto entre estos. Esto no opaca el hecho de que poseen una personalidad bastante alegre, y les encanta jugar con las personas. Y si de entrenarlo se trata, estamos ante una raza obediente, que tiene una capacidad de aprendizaje muy rápida.
Para quienes deseen adoptar un terrier de esta clase, se debe tomar en cuenta que puede llegar a ser agresivo si está ante extraños o desconfía. Otro detalle de importancia, es si hay presencia de otros animales pequeños en la casa, ya que se considera muy territorial, y puede llegar a hacerle daño. Lo mismo aplica si hay bebés o infantes en la familia.
Pero al ser un perro muy activo, es necesario tener rutinas de ejercicio que permita mantener la salud de sus huesos y músculos, ya que es una raza que requiere mucha actividad física. Por esta razón, es que expertos recomiendan que si va a vivir dentro de espacios cerrados, sea llevado diariamente a zonas donde pueda correr libremente.
Pelo del terrier brasileño
El pelo del terrier brasileño se ha relacionado con el de las ratas, ya que a pesar de ser liso, este es muy duro, y está todo pegado al cuerpo. No es necesario bañarlo muy seguido, basta con hacerlo una sola vez al mes, o cuando el pelaje esté muy sucio.
Color del terrier brasileño
Es una raza que se destaca por tener un manto tricolor, siendo el color blanco su base, y está acompañado de manchas marrones, pardas o negras.
Hechos y curiosidades sobre la raza
El amor fue la clave para que los Terrier brasileño surgieran. Y no, no es sólo el amor entre los canes, sino entre sus propietarios. Desde el siglo XX y un poco antes, los jóvenes brasileños hacían estudios universitarios en países como Inglaterra y Francia. Allí conocían el amor, contraían nupcias y llevaban a sus esposas con sus Terrier como regalo de buena voluntad para la pareja y para que la desposada no sintiera tanta nostalgia de su país.
Muchos de esos estudiantes eran jóvenes de clase media y sus padres poseían terrenos (fincas), donde el Terrier se cruzaba de manera natural con cualquier raza. Los alelos de esta raza son bastante dominantes y poco a poco se estableció un genotipo bien delimitado en pocas generaciones, siempre bajo el amparo y cuidado de las mujeres, quienes procuraban el mayor bienestar para el cachorro.
Lo anterior creaba un poco de compromiso y recato por parte de los hombres que, para no contrariarlas, evitaban enseñar a los perros a tener una vida rupestre, sino ser un animal de compañía que al menos pudiere servir de guardián para el cuidado del hogar y por supuesto, de su esposa e hijos.
El Terrier brasileño fue una de las razas que mejor soportó los cambios en el urbanismo de las principales ciudades de Brasil, ya que varias generaciones hicieron vida con el crecimiento de vías, edificios, estructuras, etc., lo que les acostumbró al sonido y al estrés. Por eso es hoy por hoy un can que soporta los decibeles y el estresante movimiento cosmopolita, un toque distinto entre tantas razas que parecen palidecer ante este agobio “supuestamente necesario” para el progreso de los pueblos.
Para algunos autores este can es el Jack Russel Terrier en versión latina, ya que el parecido es notorio en físico y actitud, aunque el Terrier brasileño resulta aún mucho más dinámico y además de tolerante, es más propenso a la algarabía que los demás terrier, eso sí, cuando se le permite y hasta dónde se le permita.
En el hogar
El terrier brasileño siempre está moviéndose, aprendiendo del lugar donde habita en interior y exterior. Parece inalterable ya que se acostumbra tanto como es posible al stress del entorno.
Siempre demuestra su sagacidad y ganas de ayudar a los suyos y los conocidos. Ladra a los desconocidos como manera de investigar sus intenciones; no procura el ataque, sino la defensa por encima de todo.
Año tras año no sólo complacen a las damas con su asistencia y algarabía, también las ayudan detectando y desterrando alimañas. Aún son perros utilizados en las granjas, ya que demuestran liderazgo y empatía con los animales allí presentes.