El Parson Russell terrier es una raza de perro del grupo de los terriers, es una variante del Jack Russell Terrier. Sus raíces proceden del Reino Unido, y el criador más destacado en sus orígenes fue un párroco: un personaje tan pintoresco y activo como el perrito que defendió. Se trata de un perro valiente, criado para la caza, con un comportamiento travieso y una energía ilimitada. Si está pensando en llevarse a un Jack Russell a su hogar, debe tener presentes las características de esta raza, además de los problemas que conlleva su adquisición y cría.
Todas las razas del grupo de los Terrier tuvieron su origen en las islas Británicas, a excepción del Schnauzer Miniatura. Muchas de éstas derivaron de un antepasado similar y, hacia mediados del siglo XIX, los Terrier se clasificaban, a grandes rasgos, en dos categorías básicas: los perros de pelaje duro y patas cortas, que tendían a proceder de Escocia; y los de patas más largas y pelaje liso, criados en Inglaterra. Aunque los Terrier pueden variar con respecto a su constitución, son perros valientes que persiguen a las alimañas y que además son buenos compañeros para sus amos.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial esta raza gozaba de una gran popularidad en el continente europeo, sobre todo en los medios de caza y caballería. Fue la primera variante reconocida del Jack Russell Terrier nombrado como Parson (Jack) Russell Terrier, por Kennel Club de Reino Unido en 1990, quienes publicaron un estándar formal interino.
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Características del Parson Russell terrier
Esta apto para el trabajo, es activo y ágil, construido para la velocidad y la resistencia dando la impresión de equilibrio y flexibilidad en su conjunto. Se trata de un Terrier intrépido y amigable de pelo liso o duro a condición de que sea tupido y denso para protegerlo de inclemencias del tiempo como el frío y la humedad. Sus extremidades son largas y sólidas, con una fuerte musculatura, la longitud de las mismas es lo que los diferencia notoriamente de los Jack russell, pues estos últimos tienen las patas más cortas. Su cola es gruesa, corta y de inserción alta.
Su cabeza es de frente plana y forma más fina a medida que se llega al hocico, con stop poco marcado. Los Parson russell tienen unos ojos ligeramente hundidos, almendrados y de color oscuro, siendo su mirada muy expresiva y vivaz. Sus orejas son pequeñas y se caracterizan por tener forma de «V», caer hacia adelante o a los costados de la cabeza. Al adiestrar a nuestro Parson russell terrier hemos de ser especialmente constantes y pacientes, ya que a veces pueden resultar un tanto tozudos y cabezotas, como suele pasar con todos los Terriers.
Peso y altura
Tienen un peso medio de entre 8-10 kilogramos y una altura de 33 a 36 centímetros a la cruz.
Temperamento del Parson Russell terrier
Los Parson russell son una raza muy activa y juguetona, adorando los juegos y el deporte, los cuales necesitan para invertir toda su energía de una forma productiva. Estos perros son muy inteligentes y asertivos, por lo que son capaces de percibir el estado de ánimo de sus dueños y darle todo su cariño sin límites cuando lo estiman necesario, que suele ser a menudo, ya que son muy cariñosos y afectuosos.
Pelo y color
De pelaje denso y tupido, de corta longitud, liso, áspero o quebrado y con una subcapa de pelo que los aísla del frío. Este manto es habitualmente blanco, con algunas motas o manchas fuego, limón o negro, pudiendo presentar más de uno de estos a la vez y sobre todo en la zona de la cabeza y la base de la cola.
Su clasificación
Considerando su altura a la cruz 36 y 33cm como máximo y peso alrededor de los 25 y 18 kilogramos tope (en machos y hembras, respectivamente), acompañado de sus aptitudes como perro de compañía y de alerta, perro de caza, este can ha recibido una clasificación general como raza de perros medianos, recibiendo de la FCI la clasificación en el grupo 4, Terriers de talla grande y media, y de la AKC el grupo 4, Terriers
Aclaramos que pocas veces existe tal paridad entre la FCI y la AKC, ya que ambos toman en cuenta las regiones donde el Parson Russell terrier hace vida y sus aptitudes, además de los lugares donde dichos centros pro canes tienen potestad.
Hechos sobre la raza Parson Russell terrier
Considerado como uno de los más elegantes Terrier que hay, aunque la raza de por sí tiene muchos destacados; su vistosa capa totalmente blanca es muy característica. Posee algunas marcas que pueden ser negras, color limón o leonadas en la cabeza o raíz de la cola que para nada rompen su armonía estética, sino que le hacen más poli cromático, especialmente a la luz del día.
Este Parson Russell terrier podría ser confundido con el Jack Russell Terrier, especialmente en su etapa como cachorro o joven. Para saber la diferencia, tan sólo vea la longitud de las patas. El perro que nos atañe las posee un tanto más largas en toda su existencia.
Su origen es el exquisito Fox Terrier, uno de los perros de caza más longevos y utilizados en el mundo. Una hembra de su especie, adquirida por un experto cazador. Con el paso de los años y generacional éstos ejemplares se fueron diferenciando del Fox Terrier y a principios de 1900 ya se habían desvinculado de la raza, adoptando la camada de patas cortas, el nombre de su criador Jack Russell Terrier y la de patas largas, Parson Russell Terrier.
Los Parson Russell Terrier pueden llevar el ritmo de los caballos y demás galgos, siendo los perros que persiguen, disuaden y/o dominan a las presas. Los Jack, sólo realizan el rastreo, siendo lanzados a esa tarea minutos antes para darles tiempo ya que no poseen la velocidad y agilidad de los primeros.
En el hogar
El Parson Russell terrier es un perro para querer, definitivamente se hace parte de la familia y sabe discriminar entre quienes de fuera son sociables y quienes se comportan de manera inelegante, reprochándoles con ladridos y/o total indiferencia.
Sabe cuidarse y educarse por sí solo, aunque bien debe pasar por una escuela para perros en su etapa más joven para controlar sus instintos. Al salir con un Parson Russell terrier, debe usar correa, ya que acostumbran correr e internarse en zonas intrincadas, pudiendo hacerse daño o ensuciarse de tal manera que habría que bañarlo a diario.