A pesar de que el Perro de agua irlandés es considerado un perro de bastante antigüedad, no se conoce a ciencia cierta cuáles son las razas que dieron lugar a este ejemplar. Lo que si se tiene por seguro, es que su lugar de procedencia es Irlanda. Hasta el momento, se han conocido dos historias que narran posiblemente su origen, pero ninguna ha sido plenamente confirmada como real, lo que las ha convertido en simples rumores.
Según parece, este can ya existían para el año 1600, pero son supuestos que surgen con el hecho de que los perros de agua son una raza de linaje muy antiguo, asumiéndose que lo mismo sucede con esta. Pero al no haber pruebas, otros afirman que su nacimiento en realidad data para 1800, ya que para el momento, Justin McCarthy, un poblador de Dublín, tenía bajo su tutela un Perro de agua irlandés. Este hecho si fue comprobado, por lo que probablemente en esas fechas es que empezó el auge de este ejemplar.
En 1830 empiezan el surgimiento de teorías acerca de sus ancestros. Algunos fanáticos de este perro aseguraban que se trataba de un cruce entre Barbet, Poodle y perro de agua portugués. Pero solo se tratan de especulaciones, y hasta el momento no se ha logrado comprobar de donde desciende realmente.
Pero su importancia fue tomada en cuenta al ser considerado entre las razas idóneas para la caza de aves acuáticas, ya que fácilmente accedía a las marismas y a zonas de agua, nadando sin problema. Con el aumento de su popularidad en toda Europa, algunos decidieron trasladarlo a América, llamando la atención del público en poco tiempo. De esta manera, fue considerado un ejemplar digno de las exposiciones caninas.
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Características del Perro de agua irlandés
Es considerado como un perro grande, siendo su altura entre 51 y 60 cm, acompañado de un peso que varía entre 25 y 30 kg. En este sentido, puede decirse que es liviano a pesar de su tamaño. El cuerpo presenta una contextura compacta pero robusta y fornida. Su cabeza es un poco ancha, con un hocico delgado pero de una mordida exacta. La nariz sobresale un poco en la punta. Sus orejas largas caen a los costados de las mejillas, teniendo una forma redondeada.
Algo llamativo es que su cola es fina y con muy poco pelo, recordando a la de una rata. Es la característica que ha logrado identificar sus raíces con Irlanda, algo común en los perros nativos de ese territorio. Ha sido de gran utilidad en muchas labores, aunque siempre se ha entrenado para la recuperación de aves acuáticas.
Es una de las razas más solicitadas en Europa, no solo por los cazadores, sino también por personas que desean de su compañía. Su temperamento es dócil y tranquilo, lo que lo hace ideal para vivir dentro de una casa. Sin embargo, crea fuerte vínculo con las personas que lo rodean, llegando a ser receloso con extraños. Aun así, no es agresivo y solo se muestra territorial en esas situaciones.
Es bastante energético, juguetón y cariñoso, llegando a ser elegido por familias con niños. Se recomienda sacarlo diariamente a pasear para que se pueda ejercitar. También puede llevarse a lagos o lagunas para que nade y se divierta un poco en el agua. Otra de las razones por la que se ha destacado, es por su excelente olfato, lo que acompañado de su inteligencia, puede llegar a convertirlo en el guardián ideal.
Pelo del Perro de agua irlandés
Su pelaje es bastante llamativo, cubre su cuerpo de muchos rizos gruesos, y pequeños. Se destaca por ser grasoso, lo que ayuda a protegerlo de las bajas temperaturas. Pero debido a esto, también se recomienda asearlo semanalmente.
Color
Los colores de este perro no son muy variados, pudiendo observarse solo ejemplares castaños rojizos y color hígado.
Su clasificación
El Perro de agua irlandés recibió su estándar oficial el 13 de marzo del año 2001 por parte de la Federación Cinológica Internacional, reseñados en el Grupo 8, sección 3, perros cobradores de caza, perros levantadores de caza, perros de agua con prueba de trabajo.
Hechos y curiosidades sobre la raza
Es una raza a la que no le molestan las detonaciones. De hecho, cualquiera sea el arma y calibre que se utilice (escopeta, rifle), el Perro de agua irlandés sólo esperará del mismo el ir a cobrar a la presa, para dominarla o sólo arrastrarla por ya haber sido neutralizada.
En los lugares donde tiene mejores desplazamientos (se siente a sus anchas), son los que posee vegetación densa, que por su pelaje, peso y movimientos no le resultan incómodos, aprovechando el mismo para realizar grande saltos (o rebotes) que le permitan sorprender a las presas o poder capturarlas cuando intentan remontar el vuelo, haciendo que la estrepitosa caída surta agobio en las mismas y pueda así rematarlas con mayor facilidad.
Podría decirse que en el acto de la cacería, el Perro de agua irlandés se comporta como todo un depredador, acto que realmente disfruta (claro, salvando las distancias).
Todas las aves silvestres parecen ser sus némesis naturales, ya sean patos, faisanes o en especial los gansos, contra los que se transa en feroces combates porque esta raza de ave es bastante territorial, peleonera y ataca en conjunto. Más el Perro de agua irlandés ya sea en conjunto al cazador, con otros de su raza o distintas en jauría o en soledad, jamás acostumbra a retroceder.
Aunque su presencia es mundial, actualmente dos países latinoamericanos son los que dan más predilección por la cría y cruce de esta raza, tanto Costa Rica, donde en sus zonas madereras hay muchas aves que nutren a su población y en Uruguay, donde entre ríos y humedales la caza del pato es muy nutrida y de alta comercialización, lo que le hace tener un valor menor al que tienen en oros mercados. Por eso se requiere tanto la asistencia de canes que estén entrenados o predispuestos genéticamente para estas lides.
En el hogar
Salvo que se le adopte desde cachorro, es preferible tener al Perro de agua irlandés viviendo en una casa para perros en exteriores, siempre calculando la misma por el doble más la mitad del tamaño adulto del animal y con buena ventilación. A veces puede resultar algo tosco con los objetos y eso causaría molestias dentro de la casa.